viernes, 26 de junio de 2009

¿Que mujeres quería formar? 3

Mujeres capaces de formar hogares felices

«Ante todo hagamos mujeres hacendosas, que sepan sacar partido de todo en una casa y sean la bendición de los hogares que formarán más tarde. Insistía de una manera especial en el remiendo de las medias... Se me apretaba el corazón, decía a este propósito la bondadosa Madre, cuando al visitar a los pobres en sus domicilios, encontraba montones de medias rotas y en putrefacción, amontonadas en cualquier rincón de su tugurio, porque no había allí una mujer que hubiera aprendido a remendar cuando era niña. Entonces decía entre mí: Si alguna vez tuviera que educar niñas, les enseñaría a cuidar sus cosas y a remendar a tiempo » (Positio, p. 578).

Estos tres aspectos aparecen claramente en las Constituciones de 1837: «El fin de esta Congregación es dar a las jóvenes una educación cristiana, según la posición social de cada una. Para esto, las Religiosas de Jesús-María tienen pensionados donde educan a las jóvenes pensionistas, a las que dan una educación esmerada religiosa, literaria, social y doméstica. En las casas de Providencia recogen a su elección a niñas pobres a las que dan una educación cristiana y un oficio que pueda permitirles subsistir honradamente en el mundo » (Positio, p. 378).

jueves, 25 de junio de 2009

¿Qué mujeres quería formar? 2

Mujeres capaces de ganarse la vida con un trabajo digno

Cuando Claudina Thévenet abre su primera Providencia, su mayor deseo es preparar a las niñas para la vida dándoles un oficio: el tejido de la seda, industria muy desarrollada en Lyon.

La historia nos dice que cuando se instalaron en Fourvière, «las habitaciones más grandes se designaron para los telares»; que «el primer cuidado de la Madre Fundadora fue ocuparse de la instalación de las jóvenes obreras en el nuevo y espacioso local que les había destinado y que llamaron con el nombre de Providencia»; que «la Madre San Javier fue la encargada de la dirección de este establecimiento y tenía bajo sus órdenes a un cierto número de Hermanas auxiliares capaces, de enseñar a las niñas el arte de manejar las largas madejas de seda y de cargar las ágiles lanzaderas y tender la preciosa trama sobre el telar. La casa gozaba ya en esta época de una reputación bien merecida, para la fabricación de los tejidos de seda... Era maravillosa la actividad y la animación de este pequeño pueblo...” Y más adelante: «La organización admirable de esta colmena de jóvenes trabajadoras llamaba la atención, a primera vista, de los visitantes de la Providencia... Cada niña tenía una tarea señalada para el día, terminada la cual, le quedaba a la obrerita más o menos tiempo para un trabajo suplementario según fuera más o menos hábil en su oficio...

Este suplemento era propiedad de la obrera y se le pagaba fielmente; todas estas pequeñas economías eran acumuladas y puestas a rédito por las buenas Madres del taller y servían para la futura dote cuando llegara el momento de elegir nuevo estado de vida» (Positio, pp. 554, 573, 579).

Pero todo esto no era suficiente para nuestra Madre: « A medida que llegaba la hora de ver alejarse a estas jóvenes, la Madre Fundadora interesaba a amigos y conocidos para colocarlas convenientemente como aprendizas, o al servicio de alguna familia cristiana” (Positio, p. 579).

miércoles, 24 de junio de 2009

¿Qué mujeres quería formar? 1

Mujeres de fe

Mujeres que conozcan el contenido de su fe: desde el principio de la Congregación, el estudio de la Religión tendrá lugar preferente en todos los establecimientos. « En los programas adoptados para la educación de las niñas, la Sra. Thévenet quería que la instrucción religiosa estuviera siempre en primer lugar» (Positio, p. 578). En las Constituciones y Reglas, edición de 1843, en la Aplicación explicativa de algunos puntos de las Constituciones, encontramos ese mismo espíritu: « El fin de las Religiosas de Jesús-María es formar buenas cristianas; para ello inspirarán a sus alumnas, lo más posible, el amor a las virtudes sólidas; para lo cual el estudio de la Religión, que es su fundamento, tendrá el primer lugar en todos los establecimientos. Así tendrán cuidado de darles, tan a menudo como sea necesario, instrucciones religiosas, sirviéndose del catecismo de la diócesis en que se encuentren» (Reglas de 1843, pp. 119-120).

Mujeres fieles a sus deberes religiosos: Claudina Thévenet no se contentaba con exhortar a sus alumnas a la práctica religiosa sino que ella misma las acompañaba a la iglesia para asistir a los oficios a pesar del peligro que suponía: « Cuando íbamos a Misa con las niñas, decía la Madre Fundadora, los golfillos nos apedreaban » (Positio, p. 549).

Tenemos otra prueba en el horario previsto para la Providencia: « Ante todo se había reglamentado el horaria del día. la oración, la recitación del catecismo y las instrucciones piadosas suavizaban el trabajo santificándolo... » (Positio, p. 555).

Más tarde, en las Constituciones y Reglas, edición de 1843, está previsto en la Regla de la Directora: « Si es esencial que no acceda siempre a la petición que las niñas le hagan indiscretamente para ir a confesarse más a menudo de lo que pide el Reglamento... será incluso necesario que a veces las anime a anticipar las fechas señaladas en el Reglamento, sí se da cuenta de que hay en la niña un alejamiento del sacramento de la penitencia » (Reglas de 1843, p. 276). Y luego añade: « Se abstendrá de hacerles presión para recibir la comunión, y nunca les hará reproches sobre esto... » (Ibid.). Es la Vicedirectora la que «presidirá tan a menudo como le sea posible, los ejercicios espirituales de las niñas, tales como la oración de la mañana y de la tarde, la meditación, el examen, las lecturas piadosas y la Santa Misa ». Y « es ella también quien cuidará de que las niñas estén bien preparadas antes de presentarse al sacramento de la penitencia.» (Ibid., p. 281).

Mujeres cuya fe ilumina toda su vida: « En los momentos de recreo, las niñas de la Providencia. se unían a nosotras (para la construcción de la capilla) y el pensamiento de que estábamos ayudando a construir la casa del Señor, nos daba mayores fuerzas para tan duros trabajos» (Positio, p. 471).

Una señal evidente del espíritu de fe es la actitud de las niñas ante la muerte: « Para estas pequeñas de la Providencia era como una fiesta el morir para ir al Cielo, de tal modo que la, Hermana San Antonio, su enfermera, no pudo nunca comprender que algunas personas tuvieran miedo de morir. Mis pequeñas, decía a menudo, no eran así; ellas deseaban morir para ir a ver a Dios » (Positio, p. 576).

martes, 23 de junio de 2009

Lo que maduró su corazón


Claudina se dio cuenta de que, en su situación social, no podrían gestarse comunidades fraternas mientras los hombres no rechazaran todo aquello que permanentemente los separaba y los llevaba a enfrentarse. Este clima de sospecha, enemistad y desconfianza era consecuencia de la idolatría que intentaba reemplazar a Dios por realidades engañosas y efímeras como el poder, el honor y la venganza, realidades que casi imperceptiblemente se convertían en falsos dioses en aquella sociedad. El desconocimiento o desprecio general del verdadero Dios fue lo que hizo que Claudina se descubriera enviada para ser testigo del Dios que, por su bondad, se manifiesta creando comunidad. De aquí que tuviera un único deseo: comunicar ese entendimiento de Dios que le había sido revelado.

Claudina entendió que Dios es amor y gratuidad, y percibió que sólo encontrándose con este Dios el hombre podía hallar una fuerza mayor que la del egoísmo y la de la crueldad para liberarse de ellos y dar una nueva orientación a su vida. Es decir, Claudina captó que los hombres y las mujeres de su tiempo sólo serían capaces de desterrar el odio y el resentimiento en la medida en que escucharan la palabra del Dios de bondad en sus propias vidas, pues esta era la única forma de desenmascarar a los falsos dioses y abandonarlos.

Claudina contempló el Corazón de Jesús y el de María como los lugares en los que se historizó la bondad de Dios... mostraron esa bondad, siendo ellos mismos misericordiosos con todos. Y no por simple humanitarismo, sino como traducción de sus respectivas experiencias de Dios: Padre, Bondad, Perdón.
[1]

Claudina entendió que el perdón es lo que aniquila la espiral de violencia, es también lo que restaura y dignifica al ser humano en su verdad más honda: ser imagen de Dios. Asimismo, lo impulsa a dar otro rumbo a su vida: aquel que termina con el mecanismo de autodestrucción y de descomposición social.

Claudina, como Jesús, no dejó que la maldad y la violencia hicieran presa de su corazón, la experiencia de la bondad de Dios la mantuvo libre de caer en todo aquello que corrompe la vida humana, la propia y la de los demás. Las actitudes que Claudina adoptó a lo largo de su vida fueron una continua e insistente llamada a la conversión y a la reconciliación, pues ella sabía que Dios era generoso para perdonar.

Claudina mira a su alrededor y percibe lo mismo que puede ver cualquier otra persona, sin embargo, a partir de su experiencia de Dios ella va aprendiendo a contemplar la realidad con hondura, a escuchar en los hechos cotidianos la palabra del Dios-Bondad, y a descubrirlo actuando en los acontecimientos turbulentos del presente. Es así que en la palabra de la humanidad, de la historia y de los pueblos escuchaba Claudina la palabra de Dios.

Cabe mencionar que esta visión contemplativa de la realidad se caracterizaba, a veces, por la valentía de ver lo que los demás no querían ver, y en otras ocasiones se distinguía por la capacidad de acercarse a la realidad con agudeza, ofreciendo una interpretación nueva.
[2] Ambas formas de mirar y leer la realidad las encontramos en Claudina. Ella captó que ese Dios con el que se había encontrado no era ajeno a los acontecimientos históricos por los que atravesaban su país, su ciudad, su familia y ella misma. Por ello fue capaz de conmoverse y de mirar las miserias de su tiempo como algo que le concernía personalmente, porque Dios mismo se interesaba en ellas ya que le representaban una afrenta y desdecían su misericordia y justicia.

[1] Cf. Leonardo Boff, Testigos de Dios en el corazón del mundo, Publicaciones Claretianas, Madrid 1985, 93
[2] Cf. José Luis Sicre Diaz, Profetismo en Israel, Verbo Divino, Estella (Navarra) 1992, 107s.
Documentos de Trabajo
FIDELIDAD CREATIVA

El carisma de Jesús María leído para un nuevo milenio
[1]
[1] Extractos de: Vega Pasos, Lizbeth G.; Fidelidad creativa. El carisma de Jesús María leído para un nuevo milenio. Un acercamiento al carisma de Jesús María. México D.F. 2000

domingo, 21 de junio de 2009

La bondad operante

Claudina entendió a Dios como plenitud de bondad, es decir, entendió la misericordia de Dios específicamente en su aspecto de bondad, y esto como un fuerte contraste con el ambiente de maldad que prevalecía en la época del Terror. Dios revela su ser-bondad a Claudina desde la ausencia de esa bondad.


Es necesario precisar que la bondad que Claudina percibió en Dios no se trata únicamente del eco de un instinto de bondad, sino de una bondad consciente y voluntaria que actúa en la historia.
[1] Claudina experimenta la bondad de Dios precisamente con estas particularidades, para ella la bondad es una decisión consciente y voluntaria de Dios que en el fondo implica fidelidad a sí mismo. Además es una bondad operante, es decir, que está constantemente en acción y es capaz de transformar la realidad.


La experiencia de Claudina se convirtió en un envío, en una misión que cumplir. Esta misión consistió fundamentalmente en ayudar a los seres humanos a descubrir la bondad operante de Dios en la historia.

[1] Cf. Jules Cambier y Xavier León Dufour, Misericordia, en Vocabulario de Teología Bíblica, Xavier Léon Dufour (dir.), Herder, Barcelona 1973, 543
La fidelidad creativa
Vega Pasos, Lizbeth G.; El carisma de Jesús María leído para un nuevo milenio.
Un acercamiento al carisma de Jesús María. México D.F. 2000

Queridos amigos,

Este lugar quiere ser un espacio para compartir los deseos de conocer un poco más a Claudine Thévenet,nuestra amiga querida, una santa para la Iglesia, una fundadora para su Congregación de Jesús María... acá van a poder encotrar detalles de su vida, curiosidades de su obra, y mucho de su espiritualidad. Gracias por visitar este rincón de Jesús María.

Sean bienvenidos siempre.