Otra experiencia muy honda fue la visita al cementerio de Murree, donde están enterrados los restos de la M. St. Paul RJM (Julie Ferrand). Su madre, la viuda Ferrand (M. St. Borgi
a RJM), murió aplastada por la caída del muro de la Angélica, y fue una gran amiga de Claudina. Cuando yo rezaba sobre su tumba dejé vagar a mi imaginación por los días en que M. Paul RJM vivió en compañía y en la cercanía de Claudina. Seguramente ella correría jugando por los jardines de Fourvière bajo la protección maternal de Claudina. ¡Qué privilegio y qué gozo tener los restos mortales de una persona que pudo estar en contacto tan cercano al espíritu de nuestra Fundadora! Todavía se encuentran en nuestro convento de Murree algunos cuadros originales pintados por M. St-Paul.
Este mismo espíritu misionero presente desde el comienzo de la Congregación está aún vivo en las 6 misioneras que trabajan en esta provincia (4 irlandesas, 1 americana y 1 española), entregando su vida en otro país que han adoptado.
Otro momento muy impresionante para mí fue el reencuentro con mi primera directora, después de 30 años…, una irlandesa que ahora está frágil, pero entonces era una mujer de espíritu vivo y vigilante; encontré también a otras dos misioneras que me admitieron en el Colegio Jesús-María de Delhi. Cada una de ellas se informa con mucho interés sobre las hermanas « del otro lado de la frontera ».
Cuando la Partición (separación de la India y Pakistán), religiosas de Jesús-María de la misma familia quedaron separadas. Hemos sido felices de encontrar a algunas de estas religiosas indias que viven en Pakistán mientras que sus hermanas viven en India.
Estos tiernos sondeos de religiosas del otro lado de la frontera me han dejado un poso de nostalgia y dolor. ¿Qué pasaría si pudiéramos cruzar la frontera con más facilidad?
Otro momento memorable fue la visita a la famosa frontera ‘Wagah’ (entre India y Pakistán), un lugar que todo pakistaní y todo indio debería ver. La ceremonia de la bajada de la bandera, que tiene lugar cada día al ponerse el sol, se hace con pompa, elegancia, precisión y la más exacta perfección. Durante unos segundos, los dos «enemigos» se dan la mano y se saludan, y a continuación ambas banderas son arriadas y se cierran las barreras entre Pakistán y la India. La gente grita alternativamente de un lado y del otro: Hindustan zindabad (viva la India), y Pakistan zindabad (viva Pakistán)… y esto puede durar indefinidamente. Estando a este lado de la frontera, me uní al coro que gritaba: ‘Pakistan zindabad’, ¡aún consciente de que mi nacionalidad estaba del otro lado!
Yo estaba sentada con nuestras hermanas pakistaníes y el pueblo de Pakistán, y mis hermanos indios estaban allí, a pocos metros de distancia. Nos saludamos mutuamente con alegría, extranjeros y sin embargo parientes por la cultura y la historia.
Hace sólo 61 años (lo que no es nada en la vida de una antigua civilización) que nos hemos convertido en dos países. Antes éramos un solo pueblo, compartiendo la misma herencia y la misma cultura.
Si se mira atentamente a los soldados, no hay diferencia, pero la distancia de un pie entre las dos barreras crea dos mundos separados. ¡Qué estrecha es la línea que marca mi país y mi juramento de fidelidad!
Era conmovedor estar del otro lado y ver a mi país más allá de la frontera, tan cerca y sin embargo tan lejos… Cuando los soldados desfilaban con sus fusiles, se ponían unos enfrente de otros, las gentes se saludaban más allá de las fronteras. ¡qué ironía!
El Urdu, lengua nacional, se parece mucho al Hindi. Yo podía comprenderlo y hablarlo. Sin embargo me resulta imposible leer las palabras escritas. Me pregunto si esta ley escrita es lo que separa a los pueblos.
Después de todo, en un momento de nuestra historia éramos un solo pueblo, un solo país.
La Hna. Ángeles plantó un pequeño roble plateado para conmemorar nuestra visita a Sialkot, la primera fundación en Pakistán. En medio de la violencia y de la tensión, no olvidamos poner un símbolo de paz, de ecología y del planeta verde. Además, nos han dicho que por 4º año consecutivo el convento de Sialkot ha recibido ¡el premio al mejor jardín!
Vale la pena subrayar que con 43 religiosas en 8 comunidades, 6341 niñas y 1058 niños reciben una educación J.M. gracias al servicio y dedicación de nuestras queridas hermanas.
MISIÓN APOSTÓLICA:
5 escuelas en los que la enseñanza es en inglés, y que siguen la programación del país
5 escuelas (2 parroquiales) en los que la enseñanza es en Urdu y que siguen la programación del país
2 escuelas en los que la enseñanza es el inglés y que siguen la programación de Inglaterra
1 colegio de post-Secundaria
1 colegio para educación especial
Rogamos para que la experiencia de fundación de nuestra amada Santa Claudina – perdón, paz y reconciliación – reine en esta rica y fértil tierra del querido Pakistán.
Oramos con las palabras de la Escritura: « Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados Hijos de Dios ». Nos hemos marchado de Pakistán con un corazón lleno de amor, de admiración y de gratitud a nuestras hermanas que hacen conocer y amar a Jesús y a María en un país islámico a pesar de tantas dificultades."
Monica, R.J.M.
Sean por siempre alabados Jesús y María