jueves, 23 de julio de 2009

Carta de Luis Thévenet, 5 de enero de 1794.


16 Nivoso, año II de la República
a las 7 de la mañana.

“Padre, madre, hermanos, hermanas, primos, primas, amigos, amigas, adiós, adiós. Por última vez, adiós, mi buen padre, adiós, ha hecho usted todo lo que ha podido, nada ha conseguido; nuestra suerte estaba decidida, y mi mayor pena es la de llevar conmigo a la muerte a mi joven hermano. Sin mí sus pocos años le hubieran salvado. No hagan a nadie responsable de mi muerte, yo sólo soy el culpable, si lo soy. Modere su dolor, lo mismo que mi pobre madre. Oh, tú, que nos llevas en tu corazón como nos llevaste en tu seno, tú cuyo recuerdo me hace derramar lágrimas y hace vacilar algún momento esta firmeza que nos da nuestra inocencia. Buscad en la ayuda de Dios un consuelo en tan gran aflicción. Adiós, hermanas mías, adiós, oh, mi pobre hermana Glady, cómo te compadecemos todos pensando en tu exquisita sensibilidad; cuídate, te lo ruego, y por el cariño que me tienes. Adiós, Fanny; adiós, Luis, piensa que en adelante eres el único hijo, obra en consecuencia y piensa que has de ser el sostén de toda la familia. No creáis que me olvido de mis hermanas Babet y Leonor, afortunadamente están en Belley, preparadlas para comunicarles nuestra muerte. Adiós, queridas tías, y tú, mi digno y respetable primo, tú…1

Oh, no, son demasiado dolorosos todos estos sacrificios y mis lágrimas se escapan, no puedo contenerlas, adiós, espero que dentro de algún tiempo encontrarás una afectuosa esposa, a quien envío mi despedida y toda mi gratitud, y ella te ayudará a soportar el peso de la vida.

Adiós, mis queridas primas, pobres huérfanas.

Adiós, ciudadana B… Adiós, amigas mías, ciudadanas Billet, madre e hijas. Adiós a todos, mis amigos, mis parientes, a todos los que os interesáis por mí, yo soy menos desgraciado que vosotros. Adiós para siempre, consolaos, consolad a mi pobre familia. Acordaos alguna vez de nosotros. He hecho todo lo que he podido por mi hermano, yo 2 dos cartas a los Jueces, no sé si les habrán llegado. No nos quedan más que 4 horas de vida, vamos a tratar de emplearlas bien."

Thévenet primogénito Thévenet menor

1 En el original hay casi dos líneas de puntos.
2 la palabra que falta está borrada

Actualmente en el Archivo General JM Roma.

domingo, 19 de julio de 2009

La Revolución Francesa en Lyon II

EL PUNTO HISTÓRICO DE INFLEXIÓN

El 5 de enero, domingo, de 1794, poco después del mediodía, Claudina se dirigía a la prisión cuando se vio sorprendida por el cortejo que acompañaba a 43 condenados a muerte que eran llevados al suplicio. La sorpresa se convirtió en dolor inmenso cuando reconoció entre los condenados a sus dos hermanos. Reaccionando con fortaleza extraordinaria, logró acercarse a los jóvenes y recoger de ellos unas conmovedoras cartas de despedida. Al mismo tiempo oyó de sus labios estas palabras: «¡Animo Glady, perdona como nosotros perdonamos!» La Sierva de Dios no abandonó a sus hermanos; siguió con ellos el camino del suplicio; presenció el fusilamiento; vio caer sus cuerpos ensangrentados. Advirtió que se acercaban los soldados y cruelmente remataban a los supervivientes, sin que le fuese permitido aproximarse a los mutilados cadáveres.

Esta es la calle por la que siguió a sus hermanos hasta el lugar de la ejecución final.

El horror de estas escenas marcó para el resto de su vida la hasta entonces robusta constitución de la Sierva de Dios, con un temblor de cabeza y dificultades en su aparato respiratorio. A partir de este momento Claudina renunció para siempre a formar un hogar y ya no pensó más que en Dios y en las almas. La Iglesia perseguida organizaba su culto clandestino, y Claudina, que ardía en celo por la gloria de Dios, hizo cuanto pudo y le permitieron las circunstancias.

Del período inmediato posterior a la muerte de sus hermanos, faltan detalles; parece que tomó parte en las «misiones de Linsolas», colaborando según sus posibilidades en las obras de apostolado organizadas clandestinamente desde que terminó el asedio, como lo hizo luego cuando se inició la libertad de cultos.

POSITIO

Queridos amigos,

Este lugar quiere ser un espacio para compartir los deseos de conocer un poco más a Claudine Thévenet,nuestra amiga querida, una santa para la Iglesia, una fundadora para su Congregación de Jesús María... acá van a poder encotrar detalles de su vida, curiosidades de su obra, y mucho de su espiritualidad. Gracias por visitar este rincón de Jesús María.

Sean bienvenidos siempre.