Mujeres capaces de ganarse la vida con un trabajo digno
Pero todo esto no era suficiente para nuestra Madre: « A medida que llegaba la hora de ver alejarse a estas jóvenes, la Madre Fundadora interesaba a amigos y conocidos para colocarlas convenientemente como aprendizas, o al servicio de alguna familia cristiana” (Positio, p. 579).
Cuando Claudina Thévenet abre su primera Providencia, su mayor deseo es preparar a las niñas para la vida dándoles un oficio: el tejido de la seda, industria muy desarrollada en Lyon.
La historia nos dice que cuando se instalaron en Fourvière, «las habitaciones más grandes se designaron para los telares»; que «el primer cuidado de la Madre Fundadora fue ocuparse de la instalación de las jóvenes obreras en el nuevo y espacioso local que les había destinado y que llamaron con el nombre de Providencia»; que «la Madre San Javier fue la encargada de la dirección de este establecimiento y tenía bajo sus órdenes a un cierto número de Hermanas auxiliares capaces, de enseñar a las niñas el arte de manejar las largas madejas de seda y de cargar las ágiles lanzaderas y tender la preciosa trama sobre el telar. La casa gozaba ya en esta época de una reputación bien merecida, para la fabricación de los tejidos de seda... Era maravillosa la actividad y la animación de este pequeño pueblo...” Y más adelante: «La organización admirable de esta colmena de jóvenes trabajadoras llamaba la atención, a primera vista, de los visitantes de la Providencia... Cada niña tenía una tarea señalada para el día, terminada la cual, le quedaba a la obrerita más o menos tiempo para un trabajo suplementario según fuera más o menos hábil en su oficio...
Este suplemento era propiedad de la obrera y se le pagaba fielmente; todas estas pequeñas economías eran acumuladas y puestas a rédito por las buenas Madres del taller y servían para la futura dote cuando llegara el momento de elegir nuevo estado de vida» (Positio, pp. 554, 573, 579).
Pero todo esto no era suficiente para nuestra Madre: « A medida que llegaba la hora de ver alejarse a estas jóvenes, la Madre Fundadora interesaba a amigos y conocidos para colocarlas convenientemente como aprendizas, o al servicio de alguna familia cristiana” (Positio, p. 579).
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